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Fallece el escritor Francisco Rebolledo, a los 74 años,17 de abril de 2025
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2025-05-01
Entrevista a Francisco Rebolledo / Carlos Vidali R. El Nacional. Viernes 5 de diciembre de 1994 Voltaire sigue siendo subversivo
El Nacional. Viernes 5 de diciembre de 1994
Voltaire sigue
siendo subversivo
Entrevista a
Francisco Rebolledo
Carlos Vidali R.
En Rasero (Joaquín
Mortiz) novela que le valió el Premio Pegaso 1994, Francisco Rebolledo revive a
las mentes más lúcidas del siglo XVIII: Voltaire, Diderot, Rousseau y las hace
interactuar con su ficticio personaje central, Fausto Rasero. Para lograr una
sorprendente verosimilitud llevó a cabo un profundo estudio de estos personajes
y de la época misma. Es por ello que como homenaje a Voltaire en su 300
aniversario decidimos hacerle algunas preguntas sobre el más ilustrado de los
filósofos
-Ya que era un vidente, ¿qué hubiera visto Fausto Rasero
el día que nació Voltaire?
Hubiera visto al niño y hubiera dicho: es un monstruo.
-¿Por qué sería un monstruo Voltaire?
En el sentido más aristotélico de la palabra, Voltaire es un
monstruo porque muy pocos seres humanos son como él, por su portentosa inteligencia,
por su agudeza e impresionante capacidad de trabajo, ambas llegan a niveles
monstruosos.
-¿Era Voltaire un iluminado?
Yo lo pondría al revés. Yo creo que Voltaire iluminó.
Voltaire desde muy joven ya era inconforme. Su padre era un abogado bastante
poderoso, quería que él fuera abogado también; empezó a estudiar, y desde muy
joven vio que por ahí no era el camino, vio que el camino estaba en la luz
curiosamente, en no seguir la línea. Desde muy joven empezó a echar luz, mucha
luz. Un tipo que a los veinte años ya había logrado cosas impresionantes, y
sobre todo ya había entendido cuál en su destino. Quizá en eso era un iluminado.
Pero antes que nada fue un gran creador.
-¿Habría algún personaje contemporáneo parecido a
Voltaire?
Bachelard, que fue un pensador preocupado tanto por la ciencia como por el arte. También tiene en común con Voltaire el tener una prosa deslumbrante. Quizá donde Bachelard no alcanza la altura de Voltaire es en que Voltaire, además de esto, era un creador, escribió poemas, cuentos, etcétera. Bachelard habló mucho del arte, habló mucho de ciencia, pero no creó. Aunque sus ensayos sí son una creación artística. Por ese espíritu totalizador pensaría en Bachelard. Curiosamente todos los que me ocurren son franceses.
-En Rasero dices "que Voltaire... encarna a
la perfección el impulso, los sueños de este siglo caprichoso" ¿por qué?
En el plano estrictamente intelectual representa a este
siglo como la mente lúcida, la mente racional, la mente que está en contra de
los prejuicios, que está en contra de la intolerancia, la mente que quiere
romper las cadenas del oscurantismo medieval. En el plano vital también lo
encarna, era un hombre muy exquisito, el siglo XVIII tiene una estética
verdaderamente fascinante. Hay una exquisitez que no deja de sorprendernos, al
arte del siglo se la ha criticado de manierista, de exageradamente pulido,
exageradamente fino ¡No sé hasta qué punto se poder exageradamente fino! Los
muebles, la música, no creo que se haya compuesto música tan bella como en el
siglo XVIII, tan exquisita. La comida, la moda misma que es una moda caprichosa
y a la vez muy atractiva. Voltaire vivía así, decía: "el paraíso está
donde estoy yo" ¡No puede ser más dieciochesco este hombre!
-En otro pasaje de tu novela dices que Voltaire era el
hombre más triste del mundo y luego que era el más feliz. ¿Cómo es posible
esto?
Era un hombre visceral, era un hombre nervioso.
Definitivamente Voltaire no era una persona ecuánime, es más, de joven estuvo a
punto de perder la vida en un duelo. Se peleó con otro loco, y lo iban a matar.
Una buena paliza le dieron alguna vez Era un hombre muy de extremos, no era un
carácter fácil Voltaire. Se enojaba, era muy vanidoso, se ponía furioso, en
algunas cartas dice "estoy desolado, nadie, nadie, nadie sabe lo que es mi
existir" y cuando estaba eufórico
dice "nadie sabe lo dichoso que soy, nadie". Como buen artista no era
una persona normal, demasiados altibajos. En su mismo arte se puede notar,
tiene cosas muy buenas y muy malas. —
-¿Cómo es posible que este ser ilustrado, culto, que
odiaba el barbarismo, haya cometido incesto y haya sido promiscuo?
Me imagino que te refieres a su relación con Madame Denis,
su sobrina. Esta mujer se quedó viuda muy joven y la recogió por piedad. Cosa
que hizo muy a menudo. También lo hizo Con la sobrina bisnieta de Cornelius, y
parece que al principio la trató como su sobrina, pero se fue enamorando de
ella. Mantuvieron una relación sorprendente, pues al inicio fueron apasionados
amantes y luego ella se enamoró de muchos otros hombres y él de muchas otras
mujeres. El que haya tenido varias amantes no es raro. Es una época en la que
se relajó muchísimo la moral. Cosa de la que ahora sonreímos, pero fue
formidable, fue quizá una época mucho más alivianada que la nuestra, cuando
venían de un oscurantismo mucho más profundo. Lo que pasa es que esto nos
sorprende un poco porque entre esta época y la nuestra se atravesó el siglo
XIX, que es un siglo, en ese sentido, terriblemente oscuro.
-Voltaire dice en tu novela “el futuro debe ser mucho
mejor que nuestro presente, si en verdad seguimos el ejemplo a de la vida”, y
Rasero, en las visiones a que tiene, le da la razón a Rousseau, que presagia un
futuro de guerra y destrucción, ¿cuál de los puntos de vista triunfó?
Ambos triunfaron o ambos fracasaron. Ahora bien, cuando se
impuso la razón, tuvo razón Voltaire: la ciencia se disparó a niveles verdaderamente
siderales en cuanto al conocimiento de la naturaleza, del cuerpo humano. Donde
se equivocó, y no sé hasta qué punto se equivocó, es en que el ser humano no
avanzó a ese mismo ritmo ni muchísimo menos. Y aunque el avance del ser humano,
el avance ético, se ha atrofiado, la ciencia, la razón cambió al mundo. Por
otro lado Rousseau también tuvo la rayón, esta época a mí me parece más a
cruel, más despiadada, más deshumanizada que la suya. Lo que más le preocupa a
ambos, y quizá más a Diderot, es que la humanidad no avanzó al mismo ritmo ni
de sus inventos ni de su ciencia. Creo que el gran problema es que cuando se logró
por fin que la Iglesia dejara de ser un instrumento de poder, o por lo menos el
instrumento definitivo de poder que fue durante tantos siglos, ocupó su lugar
la ciencia. Esto es muy grave, la ciencia no es algo que esté al alcance de
todos. El saber es una cuestión de elite. La mayoría de la gente es tan
ignorante del conocimiento científico como lo era en el siglo XVIII. Antes del
siglo XVIII la ciencia no había sido un instrumento de poder, no definía el
curso de la historia, como lo hace ahora.
-Si viniera Voltaire a nuestro siglo, ¿qué admiraría y
qué lo apesadumbraría?
Admiraría el avance
científico, los viajes espaciales, la computación, y las estudiaría y trataría
de comprenderlas. Lo apesadumbraría el que la estulticia está muy lejos de
erradicarse. Además, si fuera a Nueva York, tendría una serie de impresiones,
si fuera a Chiapas otra completamente diferente. Si fuera a Chiapas pensaría
que fue al pasado, antes de la época que vivió. Le daría mucha tristeza
encontrar tanta ignorancia. Por ejemplo, la música popular de su época es tan
buena que ahora nos parece clásica, a Voltaire le sorprendería que la gente
pudiera soportar música tan mala como la que hay hoy, me refiero a las jóvenes cantantes,
que si acaso tienen bonitas piernas, no tienen ni voz ni entonación ni nada. El
saldo que sacaría es que se avanzó muy poco.
-¿Qué tan vigente es Voltaire?
Por desgracia es absolutamente vigente. Sus obras siguen
siendo subversivas. Digo por desgracia porque eso quiere decir que todavía es
vigente la lucha contra la intolerancia. Se superó la esclavitud, pero no se ha
superado la explotación irracional de las personas. El servicialismo sigue
siendo igual que antes.
-¿Estás escribiendo algo más con el tema del siglo XVIII?
No, no, para nada. Estoy escribiendo sobre el siglo XX. Algo sobre el poder.