2008-03-24

En el país del viento


Reseña de la obra El país de otoño
Copyright Carlos Vidali Rebolledo

El país de Octubre es una colección de cuentos de juventud de Ray Bradbury, en la edición del Minotauro apunta el autor que los cuentos no son del estilo que posteriormente lo caracterizó y que muchos prácticamente los reescribió para la edición del volumen, son de los años de a penas comenzada la posguerra (fría) y se enmarcan en una sociedad americana en expansión y que comienza a lidiar con el automovil, la vida en los suburbios y las ferias itinerantes.
Este es uno de los tres principales libros de Ray Bradbury, para mí, junto con Las crónicas marcianas y Farenheit 451, las Crónicas las he leído más de una vez y con Farenheit nunca he podido..., pero digo esto porque el título de la obra, adaptación de dos de los cuentos de El país de octubre se llama El país de otoño, y se me dificultó recordar el nombre antes de asistir a la puesta, no lo relacioné el absoluto con la obra bradburiana, lo cual es una lástima, pues creo que se hubiera logrado mayor asistencia si la producción se hubiera apegado al título original.
Asistimos a la adaptación de "El viento", en el primer acto. Un personaje inmóvil nos recibe en la sala del Carlos Lazo (el cual después de mucho tiempo ve utilizado con todo su gran escenario y su butaquero (asistí hace casi un año a Matando horas de García, dirigida por Ignacio Ferreira, con Citlali Huezo, Laura Furlan y..., y de Los espíritus no tienen peso. de Tomás Rojas con Quinlan, Adriana y..., en las cuales el público compartía las tablas con los actores)). El personaje, pues, se mantiene inmóvil, sobre un andamio, y aparece una mujer en baby doll, hermosa y muy arreglada (Ana Ligia García) que responde el teléfono, se queja amargamente con su marido porque éste no se presenta y al parecer se la pasa apaciguando a su amigo loco, esta mujer hace unos pasos dancísticos que dan un poco de movimiento a la impasible escena, pero nos queda claro de que la relación de su marido y el personaje inmóvil está deteriorando su matrimonio. Aparece el marido (Juan Navarrete) y habla con su amigo (Jacobo Atri), se habla del Valle de los Vientos, al parecer en el Tíbet, desde donde nace el viento, ese asesino que se apare en tifones y tornados y que cobra vidas al por mayor, y del cual está tan atemorizado, hasta la parálisis, el personaje que se sienta en su mecedora impasible y que habla con su canario enjaulado (el movimiento del canario en la jaula, frente a la voz proyectada por el actor, tiene cierta fuerza sobretodo por los sobresaltos del animal al que se le grita en el oído), sobre una pantalla inmensa se proyectan manchas que nos hacen pensar en una tormenta, el amigo tiene que irse con su mujer que ha invitado a cenar a unos amigos, pero no se despega del teléfono, creo que la mejor actuación en toda la obra de Atri es su grabación en al teléfono, mientas se le sigue viendo inmóvil sobre el andamio, la mujer y el marido se pelean respecto a si debe o no contestar el teléfono, y cuando lo hace una vez, el personaje advierte que el viento ha venido por él, que está perdido, que rodea la casa como "un gran monstruo neumático", y luego vuelve a llamar, y se calma, después, el viento tumbará las líneas telefónicas e invadirá la casa del matrimonio, que sin haber creído en El Monstruo, acabará aplastado por el mismo... los amigos van vestidos de soldados, lo que nos hace pensar que este monstruo es la guerra (acierto del director), la relación con entre los amigos tiene una connotación sexual también (la mujer descubre una erección mientras este habla por teléfono), y en algún momento se logra una atmósfera perturbadora, los movimientos corporales de MMM me parecen un poco torpes, pero, si no fuera por la demasiado larga secuencia inicial el acto está logrado.
Sin embargo es en el segundo acto "El pequeño asesino" donde la asistencia a la representación cobra sentido: una mujer en una cama de hospital, junto a un cunero para recién nacidos, comienza a oír un llanto potente y prolongado de bebé, admito que tardé en darme cuenta de que era esta misma mujer la que producía el desesperante chillido, de una gran potencia y fuerza dramática, la mujer, se levanta de la cama, y nos muestra su desnudez total ensangrentada, se acerca al cunero, intercalando el llanto con sus palabras y va a asfixiar al niño, no lo logra, después se enferma cada vez y médico y marido comentan sobre el terrible estado en que la operación (cesárea) ha dejado a la mujer y la posibilidad de que ésta no quiera al niño, de que tema que éste, quiera asesinarla con medios inesperados. Marido (Navarrete) y médico no creen estas patrañas, pero el marido, después de descubrir algunas pistas, también comienza a sospechar, la mujer muere por tropezarse con un muñeco en las escaleras que al parecer el bebé ha dejado y viene ahí, en la conversación con el doctor (Atri), el mejor diálogo de toda la pieza, el padre sospechando de un bebé que se arrastra con un mínimo consumo de energía por la casa, que se puede esconder en cualquier parte, que no duerme y mantiene mirada y oídos atentos constantemente buscando venganza por haber sido expulsado del paraíso tibio y cómo del vientre materno. El doctor le administra sedantes ("usted lo está ayudando doctor") y también muere, un moisés flotante nos lo hace tétrico y poderoso, los efectos en video no son tan espectacúlares, pero nos dejan claro que el pequeño ha matado a sus padres. En el cuento bradburiano el doctor también adquiere la extraña paranoia, pero aquí es suficiente constatar la posible crueldad de un recién nacido.
Ambos cuentos nos sitúan en la oscura posguerra y los misterios de una vida suburbana que a penas se comienza vislumbrar (tengo que manejar 50 millas para ir a verte...), y la actuación de Ligia en el segundo acto es poderosa y y conmovedora, Navarrete tiene momentos lùcidos, pero Atri llega muy pocas veces a mostrarnos un personaje verosímil. Hay momentos de sobresalto, pero más debido a los potentes efectos sonoros que a la fuerza de los actores o la trama (excepto Ligia). Debo admitir que creo que falto un poco de trabajo, pero ese segundo acto, bien vale la pena.
Próximas presentaciones en mayo.

3 de cinco estrellas.

Reseña de Olga Harmony en La Jornada del 6 de marzo

"El país de otoño", espectáculo teatral basado en "The october country", de Ray Bradbury. Teatro Carlos Lazo de la facultad de arquitectura, ciudad universitaria.
Funciones los días 1, 7, 8, 14 y 15 de marzo. Viernes 20:00 hrs, sábados 19:00 hrs.
Con Ana Ligia García, Juan Navarrete y Jacobo Atri.
Escenografía: Arturo Nava. Dirección: Mauricio Pimentel. Diseño sonoro: Rodrigo Espinosa, Video: Ignacio Ferreira


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