2016-05-18

Película Los siete Magníficos- 1960

Reseña Carlos Vidali Rebolledo

20160518-0225

Los Siete magníficos son un grupo formado por actores que alcanzarán una prominencia interesante en su futuro. Aunque la adaptación de la historia de Kurosawa está exenta de la empatía que pueden llegar a producirnos los originales samuráis, los personajes creados por el director a partir de un guion que fue censurado por el gobierno mexicano al hacerse la filmación en Cuernavaca y Tepoztlán mayormente, no son del todo desagradables.
Los 7 magníficos liberarán a un pueblo mexicano, atravesarán la frontera para eso. Queda claro que en 1960 los EU no querían que se pensara que en su territorio podría existir o podría haber existido un pueblo que no fuera resguardado por las fuerzas federales, los rurarales como le se les llama en esta producción, bastante grande, aunque sin los maravillosos stunts de Valdez is coming por ejemplo, o de Ben Hur.
Yul Breiner fue el principal promotor de la película, y quiso tener a su lado a Steve McQueen, cuya carrera se disparó con esta cinta. Dicen que Breiner mandó poner un montículo para parecer más alto que McQueen en una escena en la que compartían el cuadro, y que al menor descuido McQueen los apisonaba.
Hay dos actuaciones notable, la de Vaugan, que luego se convertiría en Napoleón Solo, el agente de Cipol en la que éste inmerso en la paranoia del sicario comienza a alucinar que lo acechan en la oscuridad. La de James Coburn, quien es un pistolero sean desinteresados por el dinero o la fama, y que a la menor provocación se sienta en flor de loto y comienza a meditar.
La producción no logra empatizarnos con los personajes del todo, el joven mexicano que se une a la pandilla de libertadores hace un papelón al llegar borracho a la cantina y retar a Chris, el personaje del líder Breiner que de alguna manera nos acercan a la intención kurosawiana, pero sin ser completamente acogida por el resto de la presentación.
Los paisajes y las escenas de acción valen la pena y se debe ver esta película y escuchar con atención su pista sonara, que es nada menos que la música tema de los cigarrillos Marlboro, la cual recordarán aquellos que todavía llegaron a ver comerciales sonoros y cinematográficos de esta marca.


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