2007-10-10

Hay que dejar morir al amor
a esa amor que clava sus raíces
voraces parásitos sobre nuestra tierra
y se planta y no se mueve
y crece sí
pero sobre sí mismo
a ese amor que se encierra
tras las rejas
de la intimidad vergonzante
y las viejas normas
de la sociedad enferma
porque es amor
porque así lo llaman
y lo llamamos
y lo invocamos
dejemos morir a ese amor
que aprisiona y no libera
que intenta liberar imaginando una prisión
de los enamorados
no hay prisión
hay presión
hay opresión
a ese amor que nos hace únicos para el otro
y únicos para nosotros mismos
no somo únicos
somos todos conjugados
con jugándonos
jugar
no es una guerra el amor
contra el otro, contra el rival, contra uno mismo
no es el amor una guerra
no es territorio, ni estrategia, ni clima, ni imposición
los elementos no nos odian,
no nos odia el huracán ni el terremoto
estamos allí, nos entregamos a ellos
entregarse,
no te entregues, entrega
y para entregar hay que moverse
hay que tender la mano
y no cruzarlas ambas
(si tienes la suerte de tener las dos)
sobre la espalda
si no están las manos por delante
si no están las palabras
(flores de la boca, perfumes del aliento)
por delante
y vienen después las palabras
el amor es cosa de animales
de guerreros y de bestias
aniquila a ese amor silencioso y encerrado
abre la puerta al amor bullicioso y amplio, y libre y entregado
dar, dar, dar, y recibir, recibir, recibir
conectado con el mundo

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